Cuando los emprendimientos son en la producción agrícola, la atención a cada detalle de los procesos debe ser mucho mayor debido a una poderosa razón: la actividad agrícola se fundamenta en principios naturales imposibles de burlar.
Si estás pensando en emprender un negocio y trabajar por tu cuenta, este artículo te puede servir.
Por Ing. Agr. Alfredis N. López Dicurú / dicurulopez@hotmail.com
Cuando las personas tienen suficiente experiencia y habilidad técnica en algún trabajo suelen empezar a pensar en la posibilidad de “trabajar por cuenta propia”. En efecto, muchos aseguran que podrían ganar más dinero haciendo por cuenta propia de lo que ya hacen trabajando para otro. También suele ocurrir que una persona, profesional o no, haya perdido su empleo de manera inesperada y, ante esa situación tan desagradable (frustrante en algunos casos) tome la determinación de no volver a trabajar para alguien más.
Es entonces cuando toman en serio la idea de emprender un negocio (o empresa) que ofrezca el producto o servicio en lo que son especialistas. Hacerlo tiene sus ventajas; el incremento en la ganancia de dinero (cuando se comienza a ganar dinero) suele ser siempre superior a un 15% respecto al sueldo anterior.
Con el impulso de iniciar una empresa, se pasa por alto una serie de factores muy importantes, lo que conlleva a que el negocio que está naciendo se estanque y que el emprendedor colapse ante la gran cantidad de cosas que tiene que hacer como: promocionar el negocio, encontrar y contactar clientes, generar ventas, desarrollar el producto (o servicio), despachar a tiempo, ocuparse de la contabilidad, dirigir el personal y cumplir con las responsabilidades que impone el estado; todas tan importantes como la producción en sí, pero que el emprendedor no advirtió desde el principio.
Para ilustrar lo anterior se puede analizar la siguiente imagen.
Es el triángulo de los negocios (adaptado de Kiyosaki, 2005), donde se muestran de manera general las áreas que conforman una empresa. Como puede verse, la base del negocio es el flujo de efectivo. Es lo que da soporte y mantiene viva a la empresa. Mientras que lo relativo al producto (aspectos técnicos) es el factor más pequeño, como la punta del iceberg.
Esto llama a la reflexión en varios aspectos:
- Para iniciar una empresa no es suficiente con el conocimiento y las habilidades que se tenga en cuanto a un producto.
- Es necesario delegar en otras personas algunos trabajos ya que el líder no podría ocuparse de todos al mismo tiempo.
- Si no se tiene un equipo con el que se aborden las distintas actividades de la empresa, es muy difícil (o imposible) hacer crecer la empresa.
- Si no se tiene un equipo estructurado que le den soporte, efectividad e imagen a la empresa es difícil transmitir confianza y capacidad de respuesta.
- Si no se tiene un equipo funcional es probable que la empresa no pueda dar respuesta a grandes proyectos.
- Si no se sistematiza y se estructura la empresa el emprendedor no tendrá un negocio como tal sino un autoempleo, y puede terminar siendo esclavo de su trabajo y perder su calidad de vida.
Ahora bien, cuando los emprendimientos son en la producción agrícola la atención a cada detalle de los procesos debe ser mucho mayor debido a una poderosa razón: la actividad agrícola se fundamenta en principios naturales imposibles de burlar. Esto supone una notoria diferencia respecto a los principios sociales ya que éstos pueden ser manipulados. Por ejemplo, usted puede negociar con un cliente por un despacho atrasado, usted puede hacer que le compren usando publicidad engañosa o puede burlar la leyes del estado para no pagar impuestos. Pero es imposible negociar con una planta para que ella fructifique y luego usted la abona. No se puede amenazar a una vaca para que produzca más leche….Creo que ya captaron. El hecho es que en agricultura se deben cumplir los procesos, o no hay resultado. Se debe cumplir con los principios naturales, de lo contrario esos principios estarán en nuestra contra. Simplemente no se pueden burlar. Recomiendo ver el video “La ley de la cosecha” de Stephen Covey.
Si consideramos que nuestro emprendimiento gira entorno a producir un rubro agrícola (hortalizas por ejemplo), ya hemos visto que conocer los detalles técnicos de la producción no son suficientes para consolidar una empresa y hacerla crecer. Debemos desarrollar competencias en una diversidad de áreas (contabilidad, manejo de personal, comercialización, etc.), o tal vez más fácil, construir y liderar un equipo de trabajo.
Esto no deja de lado la necesidad de capacitarse en otras áreas, pero ahora el trabajo del emprendedor está en torno a dirigir, planificar y sistematizar las actividades de su empresa.
Tres palabras clave encierran el papel fundamental del emprendedor exitoso: liderazgo, visión y sistema. A futuro se profundizará en estos aspectos y sobre herramientas empresariales y de gestión aplicables a emprendimiento agrícolas.
A la altura de Ustedes. Excelente