Se estima entre un 50% a 60% de probabilidad de que se instale el fenómeno El NIÑO hasta finales del verano en el hemisferio norte, o sea, hasta mediados de septiembre 2015.
Ing. Alejandro Rodríguez Pernía/ contacto: alrod218@gmail.com
Existen más de 135 estaciones climatológicas en el mundo, que estudian y le llevan la cuerda a este fenómeno que mientras a veces causa un daño extraordinariamente fatal a nuestras economías agrícolas, a otras las conforta. Lo anterior es debido a lo que se conoce como oposición de fase, es decir lo que pasa en los hemisferios norte y sur, es contrario a lo que pasa en el trópico, entonces, si allá llueve mucho aquí es seco y viceversa.
El primer meteorólogo prestigioso en sugerir una explicación razonable al fenómeno de El Niño fue Jacob Bjerknes, quien como profesor en la Universidad de California, fue el primero en relacionar en la década de los años 40 del siglo pasado, las inusuales altas temperaturas de la superficie oceánica con vientos débiles del este, y las intensas lluvias que acompañan esta situación. Un resumen de estas ideas lo expresó en forma precisa el Dr. Richard T. Barber, cuando señaló que “el océano claramente dirige a la atmósfera”, lo cual equivale a decir que el flujo de energía en la atmósfera procede principalmente de la hidrosfera, océanos y mares (aunque no exclusivamente).Es lógico, pues somos el planeta del agua.
Actualmente, la temperatura del Océano Pacífico central se estudia de forma permanente semana tras semana, y cada mes se obtiene un resultado del comportamiento de la misma en las distintas zonas clasificadas, es decir, existe un espacio entre Australia y Perú, que se determina por números de 1, 2, 3 y 4, de los cuales el que afecta para el trópico, y en este caso a Venezuela, es la zona 4. Por el cambio en la temperatura en décimas de grados Celsius en la zona 4, se espera tener ocurrencia en el país.
La temperatura en el océano se mide por boyas sensibles que la reflejan en una longitud de 300 m de profundidad, además, se apoyan con estudios de fotos satelitales que dan cuenta del calentamiento del océano en dichas zonas.
La medición de los vientos en esas regiones y la conjunción de estos valores indican si el fenómeno ocurrirá y en que magnitud, que por cierto, son cuatro tipos también: Leve, Moderado, Severo y Muy Severo. Y en el estatus de su estudio y predicción se especifica si es de vigilancia o advertencia, entre otros.
Esta observancia en grado sumo, la lleva a cabo muy específicamente el organismo llamado NOAA, Administración Nacional del Océano y la Atmósfera de los EEUU, quien da cuenta por sus mediciones de estas anomalías atmosféricas. Los resultados son analizados por expertos, y ademas confluyen los datos de las 135 estaciones mencionadas, la OMM. Por todo esto, eso se anuncia tal o cual cosa de los efectos climáticos relacionados con El Niño.
En este estudio se ha venido observado durante los últimos doce años, la alternancia de dos años de El Niño y dos de La Niña, por lo que para este año se esperaba una: La Niña. Además, la observación de las cabañuelas por las personas expertas en este estudio, daban el pronóstico de un invierno prematuro y copioso, empezando desde Abril hasta finales de Julio. En este punto parecía que tenían una concordancia los dos análisis, el científico y los saberes ancestrales. En el caso de las cabañuelas, datan de más de 6.000 años en el mundo, en las culturas ancestrales del Medio Oriente.
Además, los especialistas han mencionado que estamos atravesando un cambio climático «porque la naturaleza y el clima están siempre evolucionando». Respecto a esto, hay dos fenómenos: en ese sentido, uno es el calentamiento global que proporciona un ambiente más cálido y el otro, incluye dos componentes, uno de cálido y otro de aire frío.
El componente de aire frío se debe a los vientos fríos muy fuertes que proceden del extremo sur del subcontinente latinoamericano, originados en el Polo Sur, ya que en opinión de los especialistas «el Polo Sur está creciendo«. Según este estudio, se debe a un récord en el aumento de la barrera de hielo que «Es más grande la barrera del polo sur que el área del continente sudamericano» y eso explica las lluvias que hemos tenido.
Las lluvias que hemos visto últimamente en el país se deben a la entrada de vientos fríos muy fuertes, este fenómeno envía grandes irrupciones de aire polar que suben a través del continente suramericano y se presentan en el trópico, chocando con el clima caliente nuestro, lo que produce esas lluvias extemporáneas.
El caso que nos ocupa de manera técnica, ha sido un informe del clima enviado por la estación del INIA de Uruguay el 10 de Marzo, donde se manifestó a través de su Unidad de Agroclima y Sistemas información (GRAS), en conjunto con el Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI) de la Universidad de Columbia de EEUU, con sede en INIA Las Brujas, Uruguay, que el fenómeno climático denominado El NIÑO está “técnicamente instalado”.
Según el Sistema de Alerta del fenómeno ENSO del Centro de Predicciones Climáticas del Servicio Nacional de Clima de la NOAA de EEUU y el IRI, las condiciones actuales en la zona del océano pacífico tropical permiten estimar un 50% a 60% de probabilidad de que se instale el fenómeno El NIÑO hasta finales del verano del hemisferio norte, o sea, hasta mediados de septiembre 2015. Sin embargo, dicho fenómeno es de carácter “débil”, debido a lo tardío en presentarse, dado a lo cual, no se esperan mayores impactos a nivel global.
Ing. Alejandro Rodríguez Pernía/ contacto: alrod218@gmail.com
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